Por supuesto que cuando se pone en marcha un proyecto empresarial, se hace con toda la intención de que este tenga éxito y que eventualmente genere los beneficios económicos esperados. La realidad sin embargo, es que no en todos los casos sucede esto mismo. Muchos factores pueden ocasionar que las cosas no salgan como se habían planeado, por ello, a continuación les compartimos 4 razones por las que los proyectos de empresa fracasan.
1. Crear falsas expectativas
Es verdad que siempre se desea que el proyecto tenga un alcance promocional a gran escala, no obstante, esto no se puede hacer cuando se cuenta con un presupuesto reducido. Si bien las empresas requieren de metas y sueños, los líderes necesitan evitar las falsas expectativas y ajustarse a su realidad actual. Esto permite dejar en claro lo que en realidad se puede conseguir dado el tiempo disponible, los recursos y el presupuesto. Es decir, al reconocer las limitaciones, se pueden obtener beneficios inesperados.
2. Escoger el equipo incorrecto
Se puede pensar que poner a trabajar a un equipo interno en el proyecto de la empresa es la mejor elección para alcanzar las metas deseadas, sin embargo, por el solo hecho de que alguien sea parte de la compañía no significa que sea la persona adecuada para ese proyecto en especifico. El punto importante aquí es ser honesto con uno mismo y con los empleados e incluso, de ser necesario, buscar un equipo de trabajo externo para encontrar las mejores personas para el proyecto.
3. Aferrarse a las malas ideas
Aunque no siempre se reconoce de inmediato que se tuvo una mala idea, una vez que se hace es un error asumir que se puede hacer funcionar o incluso crear que se ha puesto demasiado esfuerzo en ella como para cambiar de rumbo. Lo más probable es que el enfoque inicial del proyecto este mal y que esto requiera solo de trabajar nuevamente en conjunto y replantear un nuevo enfoque que esta vez garantice el éxito.
4. No definir un jefe de proyecto
Los proyectos de empresa a menudo tienen múltiples partes interesadas en los resultados, mismas que pueden tener metas y expectativas diferentes. Si no se define un jefe de proyecto se corre el riesgo de posibles conflictos y desilusiones ya que todos esperarán que los cambios satisfagan sus necesidades individuales. Aunque su opinión sea importante, el jefe del proyecto debe de ser el que tenga el control total sobre el producto final.