Uno de los obstáculos que enfrentamos la mayoría de las personas es mantenernos enfocados. Tanto en la escuela, en el trabajo o en cualquier actividad que estamos haciendo. Un ejemplo de esto podría ser cuando los maestros tratan de mantener enfocados y concentrados a los estudiantes tanto en clases presenciales como en línea. Aquí es cuando la motivación debe ser parte de la expectativa de cada uno. De eso se trata el efecto Galatea.
El poder de tus propias expectativas es el efecto Galatea. Es esa parte de la motivación que se basa en las expectativas de uno mismo. Es crucial para aprovechar el poder de las expectativas personales de un individuo para una vida productiva y más fructífera.
¿Qué es el efecto Galatea?
“Creo que puedo” es la forma de pensar de un individuo que aplica el efecto Galatea en su vida, ya sea personal o profesional.” La autoestima proviene de una cosa: pensar que eres digno”. Este dicho de Wayne Dyer explica bastante bien cómo y por qué las “profecías autocumplidas” son fundamentales para el efecto galatea.
El efecto Galatea gira en torno a la idea de profecías autocumplidas. Es alentar a los personas a creer en sí mismos y luego tener éxito gracias a eso.
No es difícil ver por qué esta estrategia puede ser increíblemente efectiva y es una idea con la que casi todos pueden identificarse. En un momento u otro, probablemente hayas estado en una posición en la que creer en ti mismo te haya ayudado a lograr algo difícil. Si no crees que eres capaz de alcanzar un objetivo en particular, obviamente eso te hará menos motivado para alcanzarlo, ¿verdad?
El efecto Galatea puede facilitar tu trabajo como profesor o jefe porque, básicamente, estás poniendo más responsabilidad en el alumno o trabajador. Al alentar a una persona a creer en sí mismo, lo motiva a tomar su aprendizaje o responsabilidades en sus propias manos, lo que le quita algo de presión.
Origen
Galatea es el nombre de un personaje de la mitología griega. Su historia es fascinante, pero intentaremos que sea breve. En el mito, Galatea es una estatua esculpida por el antiguo rey de Chipre, Pigmalión. Después de esculpirla, Pigmalión se enamoró rápidamente de Galatea y oró a los dioses, pidiéndoles que la dieran vida. La diosa Afrodita respondió a su oración y la trajo a la vida y los dos se casaron.
Como casi todas las historias de la mitología griega, es bastante extraño. Como señaló Harvard Business Review, los nombres Pygmalion y Galatea fueron revividos en 1969 para un artículo escrito por J. Sterling Livingston sobre cómo aprenden los niños en el aula.
Esto lo llevó a acuñar los términos efecto Galatea y efecto Pigmalión. Ambas ideas han sido revolucionarias en el aula y para las empresas de todo el mundo.
Diferencias efecto Galea y el efecto Pigmalión
Mientras que el efecto Galatea se trata del poder de las expectativas personales, el efecto pigmalión es el poder de las expectativas (que otras personas tienen de ti). El efecto pigmalión ocurre cuando alguien actúa y está a la altura de las expectativas de los demás.
“Puedo hacer esto porque mi jefe (o alguien más) cree que puedo”. Esta forma de pensar funciona en efecto pigmalión y se ocupa de las expectativas del líder y cómo influye en el desempeño y desarrollo de un subordinado.
Para decirlo de otra manera, nuestra percepción acerca de otra persona de alguna manera predetermina nuestras expectativas sobre su capacidad para desempeñarse. Entonces, nuestra actitud hacia ellos se basa en esas creencias y esto crea una especie de profecía autocumplida de desempeño o no desempeño.
Impacto del efecto Galea en tu trabajo
Este mito griego mencionado es crucial en el liderazgo y la mejora del desempeño de un individuo. Si la confianza en sí mismo y la autoeficacia son rasgos indispensables de un empleado y si uno piensa que puede tener éxito, lo más probable es que lo tenga. Por eso se llama efecto Galatea.
El efecto Galatea, se lleva a cabo como una herramienta de desempeño como factor convincente en los empleados por parte de los líderes o gerentes que quieren ayudar a estos a que crean en sí mismos, en su capacidad y eficiencia.
La “profecía autocumplida” se aplica como el efecto Galatea y significa que la opinión de uno sobre su propia capacidad y las expectativas de sí mismo sobre la actuación determina en gran medida la actuación de uno.
¿Cómo fomentar las expectativas en empleados?
A continuación, se muestran algunas formas en las que un verdadero líder fomenta expectativas positivas y poderosas de sí mismo en un subordinado:
- Involúcrelo en proyectos potencialmente exitosos que fomenten avances continuos en el lugar de trabajo.
- Bríndele oportunidades para experimentar proyectos y asignaciones cada vez más desafiantes. Asegúrese de que él o ella tenga éxito en todos los niveles mientras avanza.
- Organice sesiones de capacitación y coaching en persona que se centren en mejorar sus fortalezas o áreas de especialización en lugar de sus debilidades.
- Establezca interacciones verbales positivas y frecuentes con el empleado y comunique su firme creencia en su capacidad para realizar el trabajo de forma regular. Deje que sus comentarios sean positivos y de desarrollo siempre que sea posible.
- Muestre un compromiso genuino con su éxito y su crecimiento incesante. Sea particular al hablar con él o ella sobre estos asuntos.
- Asigne un empleado senior exitoso que pueda desempeñar el papel de un mentor motivador y de desarrollo para él o ella. La tutoría incluso podría beneficiar a sus empleados de alto nivel, ya que su valioso conocimiento puede ayudar enormemente a alguien a avanzar en su carrera.
- Ofrezca oportunidades de crecimiento que reflejen los intereses de aprendizaje de un empleado y mejoren las áreas de habilidades. Y seguramente también debe brindarle oportunidades de crecimiento que estén sincronizadas con las necesidades comerciales.
- Asegúrese de que reciba mensajes de forma constante de otros supervisores y empleados superiores. La manera en comunicarse con otros acerca de los subordinados, manteniendo en cuenta en gran medida lo que estos pueden contribuir.