El principal objetivo de la empresa es la obtención del máximo beneficio y, como es lógico, la forma mejor para conseguirlo es tener un gran volumen de ventas. Pero, no siempre esta meta es fácil de lograr o, al menos, no en toda la trayectoria de vida del negocio.
En ocasiones una empresa puede tener un buen camino, pero un cambio del mercado o de las tendencias determina un momento puntual de inestabilidad. La forma más simple de mantener la empresa pasa por valorar de dónde se pueden ahorrar costos empresariales. Escuchar la palabra “reducir gastos” en la empresa hace que de forma automática los trabajadores empiecen a pensar en la palabra despidos, pero hay muchas formas de minimizar gastos.
7 formas de reducir los costos en la empresa
- Cambiar de proveedores. Tener a un proveedor de confianza siempre es una buena garantía de ciertos servicios, pero, lo cierto es que la competencia es alta y puede ser conveniente valorar la posibilidad de cambiar de proveedores de servicios o productos o incluso llegar a acuerdos comerciales más ventajosos con los proveedores. Cuando una empresa es un buen cliente de un distribuidor, negociar una mejora de los precios no suele ser complicado.
- Apostar por la sostenibilidad. No solo es una medida ecológica que ayuda al Medio Ambiente, sino que se puede convertir en un atractivo para nuevos clientes. Emplear medios de producción sostenibles y utilizar energías alternativas es una de las mejores formas de reducir costos y de dar un paso hacia adelante en la empresa.
- Externalizar servicios. Hay determinados servicios de la empresa que pueden suponer más gastos que beneficios, de hecho muchas empresas ya han empezado a externalizar servicios como la atención al cliente o el servicio de postventa, ya que son un departamento del que no se puede prescindir pero que se puede mantener por menos dinero.
- Fidelización de clientes. Una de las fórmulas menos explotadas, pero que da muy buenos resultados es la creación de programas o servicios especiales para clientes habituales, así, por ejemplo precios especiales en grandes volúmenes de compra, descuentos por importes elevados y otros sistemas aseguran un mínimo de ventas mensuales y son muy económicos de implantar.
- Supresión/Reducción del stock de productos con poca demanda. Todas las empresas tienen un producto “estrella” que es el que mejor se vende, pero también otros con demanda moderada o baja, estudiar la supresión de estos productos puede suponer un ahorro de espacio de almacenaje y de los costos asociados a este.
- Utilizar las nuevas tecnologías. Internet y las redes sociales son una valiosa fuente de comunicación, información, márketing… y lo mejor de todo es que suponen una inversión muy baja, pero el ahorro es considerable en muchos aspectos de la empresa.
- Implantar la cultura del ahorro. Cada pequeño esfuerzo suma, así que para reducir costos, una buena idea puede ser una charla informativa a los trabajadores en la que se den nociones sobre ahorro en la empresa (electricidad, uso de material, utilización de recursos…).
¿Es necesario reducir los costos en mi empresa?
Reducir el gasto puede parecer la idea más fácil de llevar a cabo, pero hay que analizar de forma minuciosa sus riesgos, en vista de que esta podría repercutir en calidad de servicios o en cambio de los valores empresariales y, por lo tanto, repercutiría de forma negativa en las ventas y podría hacer peligrar el futuro de toda la empresa.