InicioActualidad¿Covid-19 y Globalización, el fin de una era?

¿Covid-19 y Globalización, el fin de una era?

Prepara tu documento, sella tu corazón, no pierdas ni un momento”                  

(Chico Buarque,Vai trabalhar, Vagabundo)

Seguramente usted leerá estas líneas en su teléfono móvil u ordenador portátil de fabricación China, Coreana o Americana, cuyos ensamblaje usualmente ocurre en el gigante asiático dado los bajos costos de la mano de obra y la posibilidad cierta de entrar al mercado más grande del mundo. Ni hablar de los minerales que lo componen y que son esenciales para el almacenamiento de electricidad que permite que el teléfono suene (Coltán y Tantalio, que vienen principalmente desde Australia, Brasil y la Republica Democrática del Congo entre muchos otros) o vibre gracias al Wolframio cuyos principales productores son países tan distantes como Canadá, Rusia o Bolivia. Es decir, su teléfono móvil es la síntesis perfecta del proceso de globalización.

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Este artículo intentará abordar la posibilidad que se ha abierto a causa de la pandemia provocada por el coronavirus y que hace relación con el fin de la globalización y aportar una mirada más al debate que vendrá en los próximos meses cuando una eventual recesión económica nos invite a pensar nuevas alternativas para el desarrollo en los cinco continentes.

Previo a la explosión de casos y lamentables decesos a causa del Covid-19 estábamos en medio de una guerra económica entre las dos más grandes potencias mundiales. Desde Marzo de 2018, Estados Unidos y China iniciaron un conflicto económico que comenzó con el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles por cerca de 50.000 millones de dólares (equivalente al PIB de 74 países del mundo) y la posterior respuesta China que anunció la suspensión de compra de productos agrícolas lo que generó un perjuicio a la economía Estadounidense por 56.000 millones de dólares en 2 años correspondiente a subsidios pagados a los agricultores afectados por la caída en sus exportaciones principalmente de carne y soya.

Sin embargo, los efectos de la guerra económica entre estas dos súper potencias no solo involucraban a ciudadanos asiáticos y norteamericanos sino a todos los países que comerciaban con estas dos naciones, provocando durante el año 2018 el alza en los precios de los productos básicos agrícolas, el petróleo y el gas natural más algunos metales esenciales, incrementos que iban desde el 2 al 30% respectivamente. Es decir, el costo de la vida aumentaba, mientras en cifras del Banco Mundial, cerca de 3.400 millones de personas vivían con menos de 2 dólares diarios. Sin una pandemia de por medio, podíamos comprobar empíricamente que la globalización quizás no resolvía el problema del desarrollo para todos sino que reforzaba la idea que indica “the winner takes all”.

Antes de la aparición del Coronavirus, una “pandemia encubierta” continuo golpeándonos durante décadas y a pesar de las mejoras en los números, durante el periodo de guerra económica, no solo 6.3 millones de personas habrán muerto de hambre, sino también 113 millones de personas habrán experimentado inseguridad alimentaria. Nuevamente un problema global de gran magnitud causado por distintos factores internos (guerras, inestabilidad política, etc.) y externos (cambio climático y desastres naturales entre otros) nos llevan a buscar soluciones en conjunto más que intentar resolver esos problemas individualmente.

La crisis provocada por el Covid-19 solo vino a confirmar lo que los ejemplos anteriores ilustran de manera tan evidente, es necesario encontrar una nueva forma de “globalización”. La actual solo ha beneficiado a quienes se encuentran en una situación económica estable y con las condiciones materiales suficientes para afrontar un encierro forzado por medidas sanitarias. La cantidad de muertos y contagiados, revela que el bienestar integral y en muchos casos supervivencia es directamente proporcional a los medios materiales con que se cuenta. Para nadie es un secreto que los más pobres siempre son más vulnerables a los problemas que afectan a las naciones.

Si queremos continuar en este proceso de globalización, es necesario replantearnos ¿a quién beneficia? o ¿Cómo distribuir de manera más equitativa la riqueza?

En una columna anterior, planteaba que un emprendimiento social debía velar por la sostenibilidad y sustentabilidad en su gestión. Lograr una armonía entre el medio ambiente y el plan económico que hiciera factible su permanencia en el tiempo. La nueva globalización nos obliga a plantearnos el mismo desafío; armonía y balance entre el bienestar de las personas y el cuidado del medio ambiente.

Para poder continuar utilizando nuestros teléfonos móviles ensamblados en Asia, conducir nuestros autos americanos, disfrutar vinos australianos y alentar a nuestros futbolistas favoritos en las competencias europeas debemos velar por que todos quienes formen parte de la cadena de producción, ensamblaje y transporte de estos bienes efectivamente mejoren su calidad y expectativas de vida. De otro modo y en palabras de Derrick Jensen “nuestra forma de vida (la civilización industrial) que se basa en la necesidad  –de materiales – colapsaría muy rápidamente” haciendo imposible una de las premisas centrales de la globalización la cual se refiere principalmente a la interdependencia entre los países (personas) del mundo.

Cristobal Rodriguez
Cristobal Rodriguez
Profesor y Licenciado en Lengua Inglesa
Web y Empresas (Mar 29, 2024) ¿Covid-19 y Globalización, el fin de una era?. Retrieved from https://www.webyempresas.com/covid-19-y-globalizacion-el-fin-de-una-era/.
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