El fordismo es el sistema de producción en masa, a través de líneas de producción, que fue creado por Henry Ford en 1913. De aquí nacen los 3 principios básicos de Ford; este sistema es un ejemplo de la tendencia de racionalización económica que marcó el siglo XX, en el que explotó la cultura de masas, incluso en el ámbito del consumo.
En enero de 1914, Henry Ford introdujo la primera línea de montaje automatizada en su fábrica. El primer vehículo producido en este sistema fue el famoso Ford T. Una base importante para su iniciativa fue el taylorismo, un modelo de gestión destinado a aumentar la eficiencia operativa, previamente desarrollado por Frederick Taylor. Y, de hecho, a través de la línea de producción, Ford quería reducir los costos para que los autos fueran más asequibles y todos pudieran tener uno.
La gran innovación de Ford, entonces, fue pensar en un modelo en el que el automóvil pasara por la fábrica en una cinta de correr, mientras los trabajadores estaban estacionados, cada uno realizando solo una tarea específica.
Este formato se opone fuertemente al modelo anterior, en el que un mismo trabajador podía realizar numerosas tareas en producción. Con el modelo Ford, se redujo el tiempo dedicado a trasladar a los trabajadores y se hizo innecesario contratar empleados realmente calificados.
3 principios básicos de Ford
Como cualquier modelo de producción, el fordismo se basa en algunos principios. En este caso, son tres: intensificación, economía y productividad.
- El principio de intensificación se refiere a intensificar la producción, reduciendo el tiempo que tarda el producto en llegar al mercado. Por ejemplo, con la implementación de la línea de montaje, un automóvil, que antes tardaba más de 12 horas en estar listo, solo necesitaba 2 horas y 30 minutos para ser ensamblado.
- El principio de economía se refiere a la reducción del costo de producción. Una de las medidas de Ford para esto fue que todos los autos tengan el mismo color, negro.
- El principio de productividad consiste en incrementar el volumen de producción, haciendo la mayor cantidad de productos en el menor tiempo posible. Para ello era fundamental la especialización de los trabajadores en una única tarea, que pudieran realizar en cuestión de minutos o incluso segundos.
A pesar de la innegable importancia del fordismo para el capitalismo y la historia de la economía, hoy son muchas las críticas a este modelo. Averigüemos algunos de los principales:
- La primera gran crítica se refiere al impacto del fordismo en la relación entre el trabajador y su trabajo. Como ya se mencionó, cada empleado realizó solo una tarea, una y otra vez. Con eso, se aleja del fruto de su trabajo y pierde el propósito. Fue una verdadera mecanización del hombre. Chaplin retrató este proceso en una de sus obras más famosas: Tiempos modernos.
- La segunda gran crítica se refiere a la inflexibilidad del modelo. Le permite producir el mismo tipo de producto en grandes cantidades, pero sin satisfacer diferentes demandas. Es decir, muchas expectativas de los consumidores no se pueden cumplir con el fordismo.
Cómo funcionan los principios en la práctica
Para comprender mejor cómo funciona el fordismo, a continuación, enumeramos los puntos principales sobre este sistema.
Línea de montaje automatizada
Uno de los principales cambios aportados por el Fordismo fue la implantación de la línea de montaje automatizada.
Ford implementó en sus fábricas un sistema de cintas transportadoras, en el que los vehículos se dirigían a los trabajadores de montaje, que estaban estacionados. El proceso se volvió más organizado, con un principio, un medio y un final. Además, los trabajadores comenzaron a especializarse en una sola actividad, sin conocer el proceso de manera integrada. Uno de los efectos fue precisamente la ganancia de un ritmo de trabajo más rápido.
Producción a partir de los principios básicos
El fordismo funciona sobre tres principios básicos ya mencionados anteriormente: intensificación, economía y productividad. La intensificación consiste en reducir el tiempo de producción y, en consecuencia, el tiempo de espera hasta que el producto llega al consumidor.
La economía tiene como objetivo reducir las piezas en stock al mínimo necesario, reduciendo los residuos y los costes de producción. Finalmente, la productividad, como la capacidad de aprovechar al máximo la fuerza laboral de cada trabajador. Para ello, los trabajadores desarrollaron funciones repetitivas, hasta dominar por completo sus respectivas etapas en el proceso productivo.
Apropiación de los principios del taylorismo
El taylorismo, un sistema de gestión del trabajo creado por Frederick Taylor a principios del siglo XIX, era un sistema cuyo objetivo central era ganar eficiencia operativa a través del control de la producción, la racionalización del trabajo y el uso de técnicas de ingeniería industrial.
Posteriormente, Ford se apropió de los principios del taylorismo, eliminando el desperdicio, reduciendo la complejidad del trabajo y buscando la máxima productividad. Pero una de las diferencias más llamativas entre los dos modelos es la inserción de tecnología por parte de Ford.
A partir de las cintas transportadoras se hizo posible la producción en masa basada en el ritmo de las máquinas.
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